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Atención a la sensibilidad dental

Te explicamos cuál es el origen de esta dolencia tan común, a la que, en ocasiones, no dedicamos la atención necesaria.

Si al cepillarte los dientes, ingerir algo caliente o frío, respirar aire frío por la boca o al sufrir un cambio brusco de temperatura ambiente (como al pasar de un espacio exterior frío a un interior más cálido) sientes en los dientes una reacción dolorosa de mayor o menor intensidad, puede que padezcas sensibilidad dental. Y debes prestar atención a la sensibilidad dental.

La sensibilidad dental se manifiesta a través de molestias pasajeras en forma de punzadas y se deriva de la exposición de la dentina. La dentina es la capa que cubre el nervio dental y que, en condiciones normales, está recubierta por el esmalte y la encía. La pérdida de grosor del esmalte o el retraimiento de la encía pueden provocar que la dentina quede expuesta. Las causas son muy diversas: las encías pueden retraerse con la edad, por enfermedad o por un cepillado inadecuado. La pérdida del esmalte puede deberse al consumo de bebidas ácidas (zumos, refrescos o bebidas isotónicas), al uso de pasta de dientes abrasiva, a tratamientos dentales inapropiados o a trastornos como el bruxismo.

La dentina es una sustancia porosa. Por ello, si queda expuesta a estímulos como cambios de temperatura, estos son percibidos a través de las terminaciones nerviosas en forma de punzada o dolor agudo.

Una vez más, la prevención resulta un arma muy eficaz ante un problema bucodental

Para evitar la sensibilidad debemos mantener la dentina protegida. Para eso, nada como adoptar hábitos tan sencillos como estos:

  • Higiene bucal: utiliza un cepillo suave, un dentífrico poco abrasivo e hilo dental para las zonas más inaccesibles. ¡Y recuerda que el cepillo no dura eternamente! (Conviene reponerlo cada 3 meses).
  • Alimentación: no abuses de refrescos, bebidas isotónicas, zumos, vinagre o vino, sustancias todas ellas ricas en ácidos.
  • Hábitos a corregir: no te lleves a la boca objetos que puedan provocar daños en los dientes (bolígrafos, lápices, etc.). Intenta evitar acciones muy repetitivas que afecten a una misma zona de los dientes, como comer pipas. Y no utilices tu dentadura como un utensilio para cortar o para abrir envases. 

Y recuerda: ante la sensibilidad, como ante cualquier otra afección bucodental, conviene que acudas al dentista.

Te indicará cuál es la forma más adecuada de hacerle frente. Además, puede tratarse de un síntoma de alguna otra patología que interesa diagnosticar cuanto antes. No dejes de pedir cita.

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